Y es que la materia prima fundamental para el deporte de la vela, el viento, brilló por su ausencia la tarde de este sábado en la ría de Pontevedra. Esos sí, un día espléndido de sol y agradable temperatura que los regatistas aprovecharon para disfrutar y respirar del aire puro de la ría mientras esperaban con el comité de regatas a ver si aparecía algo de viento para intentar comenzar la prueba. Pero no hubo forma y final la prueba hubo de ser suspendida.