PARÍS 2024
RELEVO ANTORCHA OLÍMPICA
59ª ETAPA: AISNE
Tras la jornada de descanso de este pasado martes, ayer miércoles la Antorcha Olímpica, volvía a recorrer las calles francesas en esta 59ª etapa en el departamento de Aisne.
59ª ETAPA: AISNE
Un patrimonio notable, un entorno natural prístino, actividades de ocio para todos los gustos y una gastronomía excepcional: el departamento de Aisne es un destino verde, tranquilo y sorprendente. El miércoles 17 de julio, la antorcha olímpica comenzó su recorrido por Aisne en la poética ciudad de Château-Thierry, cuna de Jean de La Fontaine. A continuación, pusimos rumbo a Villers-Cotterêts, donde el pasado mes de octubre abrió sus puertas la Cité internationale de la langue française, situada en el castillo homónimo del siglo XVI.
Luego, Soissons, una de las primeras capitales de Francia y del Reino de los Francos, y Monampteuil, conocida por la Axo’plage y su zona recreativa a orillas del lago. Desde allí, la antorcha tomó rumbo a Laon para visitar la catedral de Notre-Dame de Laon, cuya primera piedra se colocó en 1150. El siguiente destino es Guise. La antorcha pasó junto al castillo de la ciudad antes de dirigirse al Familistère, una comunidad-museo, donde se acercaba a la estatua del fundador del edificio: el industrial Jean-Baptiste André Godin. Después, la antorcha marchaba hacia la última ciudad del programa diario: Saint-Quentin.
La jornada concluia en Saint-Quentin. A una hora y media de París, esta ‘Ciudad de Arte e Historia’ cuenta con un rico patrimonio y una animada escena cultural. Saint-Quentin destaca por sus singulares fachadas Art Déco que la convierten en un museo al aire libre y por su patrimonio natural en el corazón de la ciudad. La antorcha olímpica comenzaba su recorrido por el Ètang de L’Isle, de 4.000 m², y dió un paseo por la Plage de Saint-Quentin. Más tarde, recorríamos el Parc des Champs Elysées, un parque de 8 hectáreas situado en el corazón de la ciudad.
Después, la antorcha pasó por delante de la basílica, cuya primera piedra se colocó en el siglo XII. Por último, llegaba el momento de dirigirse a la Place du Marché, donde los habitantes se congregaron para las celebraciones del final de la jornada y el encendido del pebetero.