VENDÈE GLOBE 2024
COGIENDO EL RÍO-EXPRESS
Mientras que una pequeña mitad de la flota de la Vendée Globe sigue inmersa en los Doldrums, otra mitad ya ha cruzado el ecuador. En el agua, hay dos ambientes, dos atmósferas. Mientras que algunos ven oscilar su velocidad, a veces de forma salvaje, a merced de las borrascas y de las zonas de calma, los demás avanzan a un ritmo constante en los vientos alisios con un único objetivo: dirigirse lo más rápidamente posible hacia el sur para no perder el tren al norte de Río de Janeiro, que podría catapultar a los que lo consigan hasta el cabo de Buena Esperanza, pero que dejaría a muchos otros en el muelle de la estación de Santa Elena. Aunque en este tipo de situaciones hay que empujar con fuerza, también hay que optimizar la trayectoria para llegar a tiempo a la salida del ómnibus. De momento, se trata de elegir si pasar al oeste o al este del archipiélago de Fernando de Noronha.
“¡Aquí estamos en el Sur, no en el grande, sino en el hemisferio! Esta vez no ha habido novatadas, pero he bebido un poco de lambig normando”, comenta Paul Meilhat (Biotherm). Aguardiente de sidra, cerveza, vino, Calvados, ron… Entre supersticiones y ritos paganos, todo el mundo ha bebido un traguito en las últimas horas para celebrar el paso del ecuador, pero también para hacer una ofrenda a Neptuno, Rey de los Mares, con la esperanza de recuperar su favor o, como mínimo, evitar su ira. ¿Serán escuchados? Lo que es seguro, en cualquier caso, es que el escenario que se perfila este fin de semana en el Atlántico Sur podría encantarles. “Al norte de Río de Janeiro, el domingo, los punteros podrían engancharse a un sistema de bajas presiones y llegar casi directamente al cabo de Buena Esperanza”, explica Christian Dumard, asesor meteorológico del evento. “Todos esperamos coger el vagón de la derecha”, confirma Thomas Ruyant (VULNERABLE), que por ello está poniendo todo el carbón posible en la máquina mientras espera para virar a la izquierda.
Los diez primeros al alcance de un pañuelo
“El hecho de haber salido de los Doldrums muy al oeste con respecto al resto de la flota me da un ángulo un poco menos favorable para avanzar. Desde el principio, sabía que iba a ser una virada complicada para mí, sobre todo porque algunos de los demás, como Charlie Dalin, son muy rápidos a estas velocidades bastante ajustadas”, añadió el regatista del norte de Francia, que, tras abrirse paso por los Doldrums como un as y asentarse en el liderato de la regata durante un tiempo, cedió el liderato al patrón del MACIF Santé Prévoyance hacia las 07:00 horas del viernes. “Intento mantener mi posición y recortar un poco la distancia lateralmente”, subraya Thomas, que de hecho ha sido el más lento del grupo de cabeza en las últimas 24 horas, por razones de ángulo, como él mismo explicó, pero también porque tuvo que solucionar un problema con el gato hidráulico del J3. “He perdido dos o tres horas en la batalla, pero he vuelto a la pista. Estoy contento con mi posición y mi lugar en este momento. El objetivo era estar en el pelotón de la derecha en el hemisferio sur y así es”, subraya el navegante, que desde luego no esperaba que la batalla estuviera tan reñida después de doce días en el mar, con los diez primeros separados por sólo 65 millas.
El regreso de los pájaros
“Es bastante impresionante. Es una auténtica regata de contacto. Está bien porque hay mucha acción, pero requiere mucha energía”, reconoce el patrón del VULNERABLE, que, al igual que sus rivales más cercanos, acaba de doblar Fernando de Noronha, las pequeñas islas de la costa brasileña, cerca de Natal, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. “¡Puedes sentir que hay tierra no muy lejos! Hay muchos pájaros”, dice Thomas. No es casualidad: el archipiélago alberga la mayor concentración de aves marinas tropicales del océano Atlántico occidental. Mientras que él optó por pasar entre Fernando de Noronha y el atolón das Rocas, al igual que Charlie Dalin, Nicolas Lunven (Holcim – PRB), Yoann Richomme (PAPREC ARKEA), Yannick Bestaven (Maître CoQ V) y Jérémie Beyou (Charal), Sam Goodchild (VULNERABLE) y Sébastien Simon (Groupe Dubreuil) prefirieron navegar de ceñida, a pesar de que el viento frente a estas pequeñas islas es prácticamente inexistente. Y con razón, ya que Morro do Pico sólo se eleva a 321 metros de altitud. No hay mucho de lo que entusiasmarse.
Un sistema de brechas
Evidentemente, la situación es mucho más inestable para los navegantes en solitario, que siguen en las garras de la zona de convergencia intertropical, aunque hoy esté menos activa de lo que lo ha estado para los líderes. “Los Doldrums no parecen tan malos, pero no quiero asumirlo hasta que esté completamente fuera de ellos”, comenta Fabrice Amedeo (Nexans – Wewise), un poco supersticioso pero también y sobre todo marcado por una experiencia que él mismo calificó de “pesadilla” hace cuatro años. Mientras que él consiguió sortear una línea de borrascas esta mañana, algunos de sus rivales no parecen tener tanta suerte esta vez, en particular los situados más al este, como Jean Le Cam, delante del cual se ha desarrollado una célula tormentosa. En consecuencia, la penalización es un poco pesada para el patrón del “Tout Commence en Finistère – Armor-lux”, que hizo la audaz apuesta de pasar al este de Cabo Verde. Lo mismo puede decirse de Szabolcs Weöres (New Europe), que se refugió en Canarias para realizar reparaciones y ahora se ve relegado a una distancia de casi 1.400 millas del líder, una distancia que también podría crearse entre los 10-12 primeros y el resto del pelotón en la punta de África, ¡si se embarcan en el Río Express como está previsto este fin de semana!.
Fuente y Fotos:
Vendèe Globe