VENDÈE GLOBE 2024
BANDAS ORGANIZADAS
A la cabeza de la regata, Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance, 1º) debería cruzar el ecuador en unas diez horas, ya que sigue beneficiándose de los vientos alisios como su rival, Yoann Richomme (PAPREC ARKÉA, 2º). Por su parte, Alan Roura (Hublot) se ha convertido en el 17º patrón de esta Vendée Globe en doblar el Cabo de Hornos. Un poco más atrás, un grupo de nueve navegantes, desde Tanguy Le Turquais (Lazare, 21º) hasta Arnaud Boissières (La Mie Câline, 29º), se baten en una sana competición. Con el Cabo de Hornos a punto de alcanzarse a mediados de semana, tres de ellos nos hablan de los pequeños placeres de este pelotón tan especial.
Cuando se han sufrido vientos erráticos, borrascas y bajamares, navegar con vientos alisios es una gran sensación. Eso es lo que están experimentando los dos líderes, Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance, 1º) y Yoann Richomme (PAPREC ARKÉA, 2º), mientras avanzan a favor del viento. “El ángulo se abre a medida que suben”, explica Fabien Delahaye a los directores de regata. Los alisios son estables, con unos quince nudos de viento, mar ligera y condiciones veraniegas… ¡Todo es favorable para ir rápido! Charlie debería alcanzar el ecuador a media tarde de este domingo.
Una reunión y un gorro
Por detrás, se han producido varios reajustes. Samantha Davies (Initiatives Cœur, 13ª) está alcanzando a Benjamin Dutreux (Guyot Environnement – Water Family, 11º) y Clarisse Crémer (L’Occitane en Provence, 12ª). “Samantha ha conseguido colarse por delante de la cresta de altas presiones”, afirma Fabien. Del mismo modo, Jean Le Cam (Tout Commence en Finistère – Armor Lux, 16º) debería poder alcanzar a Romain Attanasio (Fortinet – Best Western, 14º) y Damien Seguin (Groupe Apicil, 15º), bloqueados por la zona de altas presiones.
Alan Roura (Hublot, 17º) dobló el Cabo de Hornos a las 7h43 (hora francesa, 6h43 UTC) en condiciones dantescas con vientos de 30-35 nudos y mar de 4 a 5 metros. El navegante suizo aminoró la marcha para preservar al máximo su barco. Pero el alivio está ahí: “nada más doblar el Cabo de Hornos, el viento amainó de repente y el mar también”, cuenta Fabien Delahaye. Por su parte, Isabelle Joschke (MACSF, 18ª) y Giancarlo Pedote (Prysmian, 19º) han preferido bajar el ritmo para dejar pasar este gran vendaval. Podrían doblar el Cabo de Hornos esta tarde.
Los bandidos
A 4500 millas de la cabeza de la flota, en el corazón del Océano Pacífico, otros navegantes escriben pacientemente su propia historia. Estos aventureros de alta mar, que no temen la soledad, se encuentran progresando en grupo. Mientras Benjamin Ferré (Monnoyeur – Duo for a Job, 20º) ha abierto una ventaja de 200 millas, hay nueve en un radio de 180 millas. Hay seis recién llegados, uno de los patrones más experimentados (Arnaud Boissières, La Mie Câline), la más joven (Violette Dorange, Devenir, 26ª), un retornado (Éric Bellion, STAND AS ONE – Altavia, 24º), dos extranjeros (Kojiro Shiraishi, DMG Mori Global One, 22º, y Conrad Colman, MS Amlin, 27º)… En definitiva, representan el eclecticismo de la Vendée Globe y el sabor de la aventura. Por el momento, Tanguy Le Turquais (Lazare, 21º) lidera el grupo con 70 millas de ventaja, mientras que Arnaud Boissières (La Mie Câline, 29º) acorta distancias, pero nada es definitivo. Arnaud, que participa por 5ª vez en la Vendée Globe e «intercambia mucho con Éric Bellion», se encarga de las presentaciones:
“Hay un montón de barcos ahí fuera. Lo curioso es que todos tenemos perfiles diferentes. ¡Este es el grupo de los ‘banditos’! En este grupo no hay más que buena gente: la joven que lo quiere todo (Violette Dorange), el guerrero ‘Seb’ (Sébastien Marsset), el ‘kiwi loco’ (Conrad Colman), Louis Duc con su piel gruesa, ‘Koji’ (Kojiro Shiraishi) que ha puesto el turbo… Todos tenemos diferentes configuraciones de aparejos y tipos de velas. Llevamos un tiempo juntos, aunque estoy trabajando duro para volver. Siempre es más interesante navegar con otros. Por tu cuenta, eres el rey del petróleo. Aquí, hay que mirar las clasificaciones, las trayectorias, es una competición sana” comenta Arnaud Boissières.
Sébastien Marsset (FOUSSIER, 23º) es uno de los «banditos». Marsset, que dice que su moral está en un estado de flujo – “va y viene dependiendo de cuánto descansas y lo bien que comes”-, está encantado de formar parte de un grupo que navega junto a través del Pacífico:
“Al final, no tengo mucho contacto con ellos, aunque ayer me encontré con Éric Bellion y me alegré mucho de hablar con él por VHF. Me hace gracia imaginar a los demás en sus barcos pasando por lo mismo. Me los imagino con sus diferentes formas de navegar, su carácter, su barco… Me parece genial, es estimulante. Todo el mundo presta atención e intenta averiguar quién hace qué, quién sigue qué trayectoria. Nos retamos unos a otros, medimos nuestros niveles, y eso también nos da una presión deportiva” declara Marsset.
Louis Duc (Grupo Fives – Lantana Environnement, 28º) también estaba allí. “Estoy poniendo los ángulos para que funcione”, se ríe al hablar de su regata. Louis también repasó los orígenes de este grupo y el placer que conlleva:
“Originalmente, todos estaban detrás globalmente. El tiempo hizo que se remontara desde atrás. Al principio fue un poco frustrante. Pero luego volvió el modo regata, que no es desagradable. Nos estamos encontrando con todo el mundo en el VHF: ayer fue Conrad, Kojiro un poco antes… Es agradable ver que todos nos estamos rompiendo la cabeza para poner en marcha nuestras máquinas. Estamos alternando momentos difíciles con otros en los que el cielo se está despejando bastante. Paso mucho tiempo al aire libre y eso me permite disfrutar de unos colores magníficos y de unos toboganes muy chulos” nos comenta Duc.
“Estamos avanzando en el corazón del Pacífico y «cuanto más al norte vamos, más nos alejamos de un sistema de vientos fuertes”, explica Sébastien Marsset. Se espera que alcancen el Cabo de Hornos a mediados de la próxima semana. “Es lo que esperábamos desde hace tiempo”, saborea Louis Duc. “Será el final de esta gran etapa en el Océano Antártico”. Arnaud Boissières concluye: “No puedo creer dónde estamos, es mágico. Los pájaros deben pensar que estamos locos”.
Fuente y Fotos:
Vendèe Globe