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THE OCEAN RACE. 11 ELECCIONES CLAVES PARA CADA EQUIPO

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11 ELECCIONES CLAVES PARA CADA EQUIPO

Los equipos tienen restringido el número de velas que pueden usar en la regata. Tomar las decisiones correctas es fundamental para el éxito…

Las velas son el motor del barco y sus especificaciones están diseñadas al milímetro. No solo deben tener la forma y el tamaño correctos, sino que también deben ser fiables y duraderas. La mayoría de las velas deberán durar una vuelta al mundo completa.

Las velas también son caras, por lo que las reglas de la clase IMOCA y The Ocean Race establecen un límite máximo en el número de velas permitidas durante la regata.

Thomas Jullien, medidor de la clase IMOCA, explica estos límites: Según la regla de la clase IMOCA, se les permite navegar con un máximo de ocho velas a bordo, una de las cuales debe ser el tormentín, que es obligatorio. Luego hay una regla específica de The Ocean Race, que es que cada equipo puede usar un total de 11 velas más el tormentín para toda la vuelta al mundo”.

El tormentín es una pequeña y resistente vela triangular que está diseñada para soportar las peores condiciones con mucho viento. Puede haber momentos en los que los barcos vuelen solo con el tormentín, en condiciones apocalípticas en las que preferirían no verse atrapados, pero que podrían encontrarse fácilmente en el Océano Sur, por ejemplo.

Aparte del tormentín, todas las demás velas están diseñadas y construidas buscando la máxima velocidad en lugar de la pura supervivencia. “Tienes algunas obvias, como la vela mayor y las velas de proa J2 y J3”, dice Jullien. “Estas no son estrictamente obligatorias, pero nadie va sin ellas”.

El límite de 11 velas no deja mucho lugar para los repuestos, por lo que todas las velas deben ser lo suficientemente robustas para llevar el barco alrededor del mundo. Si una vela mayor se rompe y no puede ser reparada, el equipo no tendría más remedio que medir una nueva. Haber medido ya todo el inventario de velas y no tener una mayor de repuesto sería una catástrofe competitiva.

De vez en cuando, en el mundo de la vela, alguien sale con un diseño innovador en el que nadie más ha pensado. Incluso si Julien mide una vela así, al ser el medidor de clase, debe ser discreto. Los detalles de los inventarios de velas de cada uno de los equipos son confidenciales. “Alguien podría pedirme que mida una vela revolucionaria en Ciudad del Cabo, será interesante ver si las velas se están volviendo cada vez más especializadas”, especula.

Sin embargo, en este asunto no hay lugar para la magia. Cuanto más especializas una vela para una condición, menos buena se vuelve en otras condiciones. Hasta ahora, no creo que nadie haya inventado una vela mágica que sea perfecta en todas las condiciones. Es una elección sobre qué condiciones crees que encontrarás y cómo de especializadas quieres que sean tus velas para esas condiciones. O puede que quieras velas con un rango más amplio de velocidades de viento y ángulos, y que te permitan hacer menos cambios cuando cambien las condiciones del viento y las olas…”.

En otras palabras, todo lo relacionado con el diseño de velas es un tema de compromiso. La solución generalmente elegida es buscar una buena velocidad media con varias condiciones y ángulos de navegación, en lugar de apostar por una fortaleza en particular.

Otro compromiso es la solidez de las velas. Una vela más fuerte generalmente es una vela más pesada, excelente para vientos fuertes y condiciones difíciles, pero no tan buena para vientos más suaves en las que una vela más ligera vuela mejor que una pesada. Como explica Will Harris, del «Team Malizia», el equipo alemán se siente muy cómodo con su elección de ir más con velas más pesadas que la media. “Vimos a otros equipos luchar con varias roturas en sus velas en la Etapa 2 y nosotros logramos evitarlo”, dice el regatista británico. «Creemos que nuestra elección de apostar por velas un poco más pesadas probablemente también sea buena para la etapa 3«.

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La preservación de las velas es una prioridad en la agenda de todos los equipos, como explica Jullien. “Creo que una buena forma de entenderlo es lo que le sucedió al «GUYOT environnement: Team Europe» al poco de tomar la salida de la primera etapa en Alicante, donde tuvieron un problema en el enrollado del J-0. Si se tratara de una regata corta, habría recogido y vuelto a desplegar el J-0 con el mismo ángulo de viento. Asumirías el riesgo de romper para no alterar el rumbo a favor del viento, y tirarías muy fuerte [hasta que saliera la vela]. En la primera etapa de The Ocean Race, en lugar de hacerlo así, te desventas, despliegas la vela sin ninguna carga, te aseguras de que esté enrollada correctamente, luego vuelves al rumbo correcto y te reenganchas a la regata. Es más lento, pero ayuda a preservar la vela. Es un cambio de mentalidad importante”.

Y cuando la vela se rompe, es fundamental poder realizar una reparación eficaz, primero en el mar y finalmente en tierra firme durante una escala. Los responsables de las velas han estado muy ocupados en Ciudad del Cabo asegurándose de que todos equipos de la flota salgan del pantalán para la etapa más larga en la historia de la regata con un inventario completo de velas efectivas y eficientes.

La próxima etapa seguramente pondrá a prueba tanto a las personas como al equipamiento como no hemos visto nunca antes, y valdrá la pena observar cómo los equipos manejan su inventario de velas durante más de un mes en el mar.

FUENTE Y FOTOS:

The Ocean Race

Author

Jose Ramón Louro