Home Vendée Globe VENDÈE GLOBE 2024. !!CHARLIE AL ASALTO!!
Vendée Globe

VENDÈE GLOBE 2024. !!CHARLIE AL ASALTO!!

VENDÈE GLOBE 2024

¡!CHARLIE AL ASALTO!!!

Esta vez lo tenemos. Mañana, al amanecer, mientras el campo blanquea, pero también el pantalán de Les Sables d’Olonne dada la ola de frío que se espera, deberíamos conocer el nombre del ganador de la décima edición de la Vendée Globe… ¡a menos que Victor Hugo hubiera previsto una estrofa extra en caso de desastre!

¿Qué es esa asombrosa fragancia que flota en el aire? Es un momento de emoción, pero también de silencio. Por primera vez desde el comienzo de la regata, ningún navegante ha respondido a nuestras preguntas durante la noche, dejándonos solos como un par de charcos en el agua. Tenía que pasar, pero de todos modos, tan cerca de la meta… ¿Coincidencia? Creemos que no.

Al fin y al cabo, ¡es difícil hablar cuando se contiene la respiración! Hace unos días le preguntamos a Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance, 1º) si tenía algún secreto para mantener un estado de ánimo que nos parecía zen. Nos dijo que, antes de irse a la cama, practicaba algunos ejercicios de respiración dirigidos. Ahora que el líder apunta su arco de espátula a menos de 300 millas de la meta, sólo podemos invitarle a seguir sus pasos, ya que este día promete ser insoportable…

Porque el tramo final no será tal. Para llegar a Les Sables d’Olonne, Charlie Dalin va a tener que volver a bajar por la costa de Bretaña, en aguas ciertamente muy familiares, pero también con poco viento… El subcampeón de la última edición, decidido a no volver a jugar al Flipper, ha hecho todo lo posible para dejar las menos oportunidades posibles a Yoann Richomme (PAPREC-ARKÉA, 2º), sobre el que tiene ahora una ventaja de casi 200 millas. Aprovechando al máximo la mínima brisa, en la que obviamente tiene algo más de potencia, el navegante de Le Havre está marcando un ritmo infernal a su rival, que además se ve perjudicado por la pérdida de una de sus velas de proa, crucial con el poco viento.

Pero de todos modos, siempre queda esa cantinela en nuestras cabezas, y seguramente en la suya también: ¿qué podría pasar que él no hubiera previsto? Columbo habría dicho: «Es increíble lo que puede significar un detalle cuando le coges cariño», si hubiera tenido que repetir el partido antes incluso de que terminara… ¡Vamos, sólo unas horas más en apnea!

Un trío en el Ecuador

Así que, aunque el resultado está en la mente de todos, ¡también intentamos respirar mirando hacia otro lado! Empezando por Sébastien Simon (Groupe Dubreuil, 3º) que, frente a las Azores, intenta librarse de las altas presiones que le obligan a poner rumbo – temporalmente, se lo aseguramos – ¡hacia Canadá! A menos que haya algo que no nos hayan dicho, y el patrón de Vendée decida finalmente hacernos un Moitessier sin molestarse siquiera en cruzar la línea de llegada… No, tranquilos, ¡no hay ninguna posibilidad de que el navegante rehúya este podio que le tiende los brazos!

En cuanto al resto de la clasificación, sin embargo, tendremos que esperar mucho tiempo antes de ver una jerarquía clara. Sam Goodchild (VULNERABLE, 4º), Jérémie Beyou (Charal, 5º) y Paul Meilhat (Biotherm, 6º) cruzaron anoche el ecuador en un trío muy unido, iniciando una persecución a través de los trópicos que probablemente nos mantendrá en vilo durante algunos días más. Si los tres regatistas han conseguido separarse del resto de sus perseguidores, sólo tendrán que rezar para no encontrarse con unos Doldrums demasiado recalcitrantes…

En cualquier caso, podemos apostar a que todos ellos no estarán enfadados por abandonar por fin el Atlántico Sur, después de haber luchado tanto para escalarlo… ¿La prueba? La distancia que las separa de los barcos siguientes se ha reducido: sólo 500 millas separan a Justine Mettraux (Teamwork – Team SNEF, 10ª) y Clarisse Crémer (L’Occitane en Provence, 11ª), frente a las 1500 que las separaban en el Pacífico… Todo ello despierta el apetito de este otro trío, completado por Benjamin Dutreux (Guyot Environnement – Water Family, 12º) y Samantha Davies (Initiatives-Cœur, 13ª), que parecen estar cogiendo por fin los ansiados vientos alisios.

Un nuevo punto de partida para Brasil

¿Y qué podemos decir de los que les siguen, aparte de que nos dejan sin aliento? Es muy sencillo, ¡se diría que se han marcado una nueva línea de salida sin ni siquiera mencionárnoslo! Ocho barcos en un pañuelo, intentando tocarse las narices unos a otros en el gran juego de quién encontrará de nuevo el viento primero. Mientras Jean Le Cam (Tout Commence en Finistère – Armor-Lux, 15º) parecía bien encaminado hacia la victoria, a primera hora de la mañana, los partidarios de la opción oeste, empezando por Romain Attanasio (Fortinet-Best Western, 14º), volvían a la carga, después de haber pasado seguramente por todos los colores del arco iris…

¿Continuarán sus desventuras el tiempo suficiente para que otros navegantes se unan a la fiesta? Eso es sin duda lo que espera Conrad Colman (MS Amlin, 22º), que se ha embarcado en una escapada en solitario para unirse a ellos. En la retaguardia del pelotón, los dos compañeros Arnaud Boissières (La Mie Câline, 27º) y Violette Dorange (Devenir, 28º) sólo intentan salir de las fuertes condiciones de ceñida que les han afectado tan duramente. Al menos siguen en regata, lo que desgraciadamente ya no es el caso de su compañero de infortunios, Eric Bellion (Stand as One – ALTAVIA), que se vio obligado a retirarse el domingo tras sufrir daños en su aparejo, ingobernable con un tiempo tan loco…

Sólo quedan seis en el Pacífico

Por último, aunque todas las miradas estarán puestas hoy en la costa francesa, no hay que olvidar que todavía quedan seis en los mares del sur, viviendo su aventura al ritmo de la sangría oceánica. Mientras que Oliver Heer (Tut Gut, 29º) vislumbra ya la puerta del Cabo de Hornos, no ocurre lo mismo con el trío que acorta distancias: Fabrice Amedeo (Nexans-Wewise, 32º), Manuel Cousin (Coup de Pouce, 33º) y Denis Van Weynbergh (D’Ieteren Group, 34º), que siguen acercándose a Point Nemo.

Mientras que el rendimiento de los primeros es obviamente impresionante, ¿qué se puede decir de los segundos? ¿No es la resistencia una prueba igual de exigente? Porque si hay alguien que debe apreciar el mar y la prueba que le exige, son aquellos que van a pasar más tiempo en él. Liebre o tortuga, hay sitio para todos en esta fábula de la Vendée Globe, y sea cual sea su clasificación, todos serán celebrados con dignidad.

Fuente y Fotos:

Vendèe Globe

 

Author

Jose Ramón Louro