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VENDÈE GLOBE 2024. IMPLACABLE ELASTICIDAD

VENDÈE GLOBE 2024

IMPLACABLE ELASTICIDAD

En la Vendée Globe, los espacios entre los barcos son como una banda elástica versátil: se estiran, se relajan y a veces se rompen justo donde duele. Impulsados por los caprichos de los sistemas meteorológicos, los patrones se encuentran en un yoyó permanente. A veces apiñados como sardinas en una caja, a veces dispersos por todas partes, están sometidos a este mecanismo implacable. ¿Y adivina qué? Siempre son los de delante los que salen ganando. Este jueves, Yoann Richomme vio cómo la ventaja de 100 millas que bueno, casi. tenía sobre Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance) se evaporaba tan rápido como un charco en medio del desierto. El patrón del PAPREC ARKÉA no ha podido sortear el sistema de altas presiones por el este y ahora no le queda más remedio que rodearlo por el oeste -y por tanto en ceñida-, al igual que su rival directo. Por detrás, el panorama es bastante similar. Cada día, las posiciones cambian constantemente, lo que es a la vez fascinante para los observadores y una prueba para los patrones.

Todos lo hemos oído alguna vez, casi como un estribillo: «Siempre se empieza por delante». Los marineros lo saben bien, es la regla no escrita de las regatas oceánicas. En cada reagrupamiento, en cuanto se presenta la ocasión, los líderes vuelven a escaparse, dejando que el resto de la flota luche por mantener el ritmo. Un clásico, sin duda, pero tan despiadado como siempre. E inevitablemente, hay algunas quejas. Sin embargo, a pesar de las legítimas protestas, nadie se rinde. Todos aguantan con la esperanza de que se presente una nueva oportunidad. Después de todo, en una regata como ésta, ¡la esperanza es a veces el único motor que nunca falla! «En todas las situaciones, ya sea en cabeza, en el medio o en la cola de la flota, lo ideal no es estar detrás, ya que la ventaja siempre es para los que van en cabeza», se lamenta Damien Seguin (Groupe APICIL), que se ha pasado los últimos días recortando su desventaja sobre Romain Attanasio (Fortinet – Best Western), antes de ver cómo se invertía la dinámica esta mañana. “Había un poco de holgura detrás de mí, pero avanzaba más rápido de lo esperado. Como resultado, he bajado el ritmo un poco más de lo que pensaba. Es una pena”, añadió el doble campeón paralímpico. El viento, fiel a su caprichosa naturaleza, se puso claramente del lado de su rival de delante.

Tensión y relax

El tramo elástico se estira y se relaja constantemente. Es difícil llevar las cosas hasta el final con los sistemas meteorológicos que tenemos en este momento”, dice Damien, al tiempo que lamenta que las condiciones previstas estén tan a menudo alejadas de la realidad sobre el terreno en el Profundo Sur. Es frustrante esperar un paquete que nunca llega. “Por eso me resulta difícil seguir mi ruta”, añade el navegante. La situación es similar para muchos de los demás competidores, en particular para el grupo de siete que persigue a Thomas Ruyant (VULNERABLE).

Ha logrado recuperar una ventaja de 100 millas desde ayer y debería doblar el legendario Cabo de Hornos mañana a mediodía, con alrededor de medio día de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores. “Son curiosos estos efectos acordeón. Realmente depende de los tiempos que pases”, dijo Paul Meilhat (Biotherm), que sabe que en las regatas oceánicas, la goma elástica es una ley universal. Sin embargo, para él como para los demás, es una verdadera tortura mental. Ver a sus rivales volver a entrar en contacto después de días de navegación sin descanso es un golpe de moral difícil de soportar. Por el contrario, conseguir alcanzar al grupo de cabeza da un soplo de esperanza, que se ve inmediatamente eclipsado por otra separación inevitable.

La magia de los espacios vacíos

Este yoyó emocional, exacerbado por la fatiga y el aislamiento, pone los nervios a flor de piel. Sin embargo, la regata está muy reñida. Lo sorprendente de esta edición es la inteligencia estratégica de los regatistas, sea cual sea su posición. Cada patrón, ya sea en cabeza o en la cola del pelotón, lidera su propia regata, explotando los puntos fuertes de su barco y las oportunidades meteorológicas con precisión quirúrgica. Las trayectorias se cruzan, las opciones difieren, pero todos navegan con una lucidez impresionante. A pesar de todo, el pelotón se estira inexorablemente. “Aunque más de 7.000 millas separan al primero del último a estas alturas de la regata, la diferencia era la misma hace cuatro años”, recuerda Jacques Caraës, director adjunto de la regata. En resumen: la competición, aunque feroz en toda la flota, pone de relieve una dinámica en la que los líderes van constantemente al límite, arrastrando a los demás a su estela sin darles nunca un respiro. La elasticidad de las diferencias, aunque frustrante para los navegantes en solitario, es la esencia misma de esta extraordinaria aventura humana que es la Vendée Globe. Es en esta tensión entre reagruparse y separarse, en esta batalla contra el tiempo y los elementos, donde funciona la magia de la regata.

Fuente y Fotos:

Vendèe Globe

 

Author

Jose Ramón Louro