VENDÈE GLOBE 2024
LA GRAN EVASIÓN
Al no ver enseguida el final de su túnel, los navegantes solitarios siguen devanándose los sesos para resolver los numerosos rompecabezas diseminados a lo largo de su ruta. Pero incluso en estas condiciones tan comprometidas, ¡el cerebro humano siempre encuentra la manera de ofrecerse una breve escapatoria!
¿Quién no se ha librado alguna vez de una reunión que se eterniza, de una cena familiar sin sorpresas o de una tediosa tarea doméstica? Aunque nuestros navegantes en solitario no comparten exactamente estos imperativos en el mar, su vida cotidiana tampoco es siempre extraordinaria, ¡y a veces tenemos que recurrir a algunas diversiones para que el carbón vuelva a fluir!
Estos últimos días, Arnaud Boissières (La Mie Câline, 27º) no ha estado nada contento. En ceñida casi desde el Cabo de Hornos, el patrón que disputa su quinta Vendée Globe consecutiva no está aburrido, ni mucho menos, ¡pero le gustaría que los altibajos le afectaran un poco menos! “La ceñida no es lo nuestro, ¡ni de Cali, ni de Arnaud, ni de mi barco! Nos esforzamos por no ser demasiado lentos, ¡pero no es fácil! Cuando abramos las velas, será mucho más divertido”, nos dijo anoche, mientras intentaba avanzar frente a Brasil, que nunca ha parecido tan inmenso como ahora que seguimos de cerca la Vendée Globe (¡y de ceñida!).
“¡lo que no echo de menos son problemas en tierra!”
En estas condiciones, las distracciones pueden a veces, paradójicamente, ayudarnos a concentrarnos. Pero no cualquier distracción. Ni hablar si ‘Cali’ se pone a pensar demasiado en la Tierra: “Intento no centrarme en lo que me pierdo, ¡porque lo que no me pierdo es la mierda del suelo! Facturas, impagados, no sé qué…”. – Por otro lado, unas pequeñas pausas pueden ayudarte a respirar de nuevo cuando los días empiezan a parecerse demasiado: meter, amortiguar, llenar el lastre, vaciar el lastre, meter, amortiguar, etc…
¿Su receta? Una buena dosis de música, unos cuantos podcasts -el último sobre la epopeya de Shackleton, el Endurance-, pero también unas cuantas partidas de ajedrez. Bueno, eso era antes de quedarse atascado en un nivel. “Intercambia piezas, básicamente yo me como su reina, él se come mi reina, así es como juega. Eso no me gusta nada. Prefiero poder bloquear a mi oponente, pero él está jugando a comérselo todo, y eso me molesta un poco, incluso mucho. Como cuando no voy lo suficientemente rápido…”. Y ahí lo tenemos de nuevo, esta regata que nunca pierde sus derechos, ¡incluso cuando se intenta distanciarse un poco de ella! Dentro de cuatro días normalmente, si ese adverbio tiene algún valor en el mar, su pequeño grupo liderado por Louis Duc (Fives Group – Lantana Environnment, 24º) debería alcanzar el hemisferio norte, si los Doldrums dejan de hacer de aguafiestas.
“ha sido una buena prueba de paciencia”
En cuanto al grupo de las 1.000 millas de ventaja, ¡se queda corto decir que han estado poniendo palos en los timones! Mientras que los punteros – Alan Roura (Hublot, 20º), Conrad Colman (MS Amlin, 21º) y Jean Le Cam (Tout Commence en Finistère – Armor Lux, 22º) siguen luchando un poco, los de delante por fin han tocado los alisios, pero salen de ellos un poco traumatizados, como Isabelle Joschke (MACSF, 15ª):
“Al final, me pareció bastante implacable. Duró tres días y no me va especialmente bien. Tengo que admitir que fue una buena prueba de paciencia, hacía muchísimo calor ya que no había viento, ¡así que también había que luchar contra el calor!”, nos comentó Isabelle.
Así que, en estas condiciones, unas cuantas películas fueron de preciosa ayuda para la marinera en busca de una escapatoria, entre ellas «9 mois ferme» de Albert Dupontel, ¡aunque al franco-alemán le gustaría salir de ésta en menos de tres meses! Y un poco de lectura, entre ellas «La cinta» de Ito Ogawa, una preciosa vista de pájaro, para ella que desgraciadamente ya no vuela tanto como antes desde la pérdida de su foil de estribor, y ya teme el momento en que, una vez pasado el alto de las Azores, tenga que volver a su amura desfavorable…
No pienses demasiado en lo que vendrá después, aunque el tiempo se agote y ciertas cosas sean cada vez más escasas:
“Productos frescos para comer, verduras y frutas. ¡Lo echo mucho de menos! Estoy intentando compensarlo, me estoy haciendo semillas germinadas, ensaladas de zanahoria rallada, fruta deshidratada, ¡pero será agradable volver a las verduras del mercado! Y luego está la tranquilidad, que es realmente difícil de encontrar a bordo. El único momento de calma fue cuando hacía tanto calor que estaba medio noqueada, y tenía que regarme para seguir, ¡así que no conseguí disfrutar demasiado de la tranquilidad! También echo de menos tener una cama que no se mueva, en la que puedas dormir de un tirón, ¡pero intento no pensar demasiado en eso!”, nos dice Joschke.
“Estoy un poco frustrado”
Entonces, ¿cómo salir de la carrera sin querer salir? Oliver Heer (Tut Gut, 31º) parece haber encontrado una buena solución. ¡Está mirando los mapas de los de delante! Un gran espectáculo está garantizado cuando Jérémie Beyou (Charal, 4º) ataca por fin el golfo de Vizcaya, y la batalla se recrudece entre Paul Meilhat (Biotherm, 5º) que ha recuperado el liderato sobre Nicolas Lunven (Holcim-PRB, 6º). Por detrás, frente a las costas portuguesas, Thomas Ruyant (VULNERABLE, 8º) se bate en duelo con Justine Mettraux (Teamwork – TEAM SNEF, 9º), mientras que Sam Goodchild (VULNERABLE, 7º) aprovecha que su vela mayor ha vuelto a flamear como Hannah Höch para rozar la costa lusitana y refugiarse del viento… ¿aguantará, no? El suspense es proporcional a lo que está en juego para el desafortunado británico.
“Las regatas son tan intensas entre el cuarto y el décimo puesto, que creo que es un gran tributo a la clase IMOCA que los barcos estén tan igualados, ¡y es agradable pasar un rato mirando el tracker y observando la meteorología! Aunque las condiciones meteorológicas den un poco de miedo”, comenta Oliver Heer.
Hay que decir que Oliver Heer tenía buenas razones para querer divertirse, ya que no tuvo éxito en su intento de sortear la zona blanda hacia el Oeste, a lo largo de Argentina.
“Estoy un poco frustrado por el agujero de viento en el que he navegado, no sé si ha sido mala suerte o mala navegación, ¡tendré que vivir con ello! También me frustra ver cómo Antoine Cornic se aleja en un sistema meteorológico que yo no creía que fuera una opción viable, pero lo ha conseguido, e incluso Jingkun Xu me ha adelantado, pero no ha cogido el sistema meteorológico, así que espero estar por delante de él mañana por la mañana. Pero, en cierto modo, es bueno tener unos cuantos barcos a mi alrededor en lugar de no tener ninguno en cientos de millas, ¡me hace pensar mejor mis opciones de ruta!”, prosigue diciendonos Heer.
Mientras Fabrice Amédéo (Nexans-Wewise, 33º) doblaba anoche el Cabo de Hornos, el último de la flota, Denis Van WeynBergh (D’Ieteren Group, 34º), también se acerca. A partir de ahora, el único túnel que todos seguirán cavando será el que se encuentra bajo el Atlántico… ¡y necesitarán un poco más de paciencia para completarlo!.
Fuente y Fotos:
Vendèe Globe