VENDÈE GLOBE 2024
LOS COWBOYS SE ENFRENTAN A LOS INDIOS
No son siete, sino nueve los mercenarios de la Vendée Globe que han llegado al océano Índico. Y aunque el grueso de la tropa sigue ocupada intentando llegar lo antes posible, los primeros días de conquista en este Sur Profundo, tan esperado como temido, no han estado exentos de algunos enfrentamientos y ajustes de cuentas.
Es imposible a estas alturas de la regata, escuchando los mensajes que dejan nuestros navegantes embarcados en esta divertida aventura de la Vendée Globe, no pensar en esta frase de culto de la obra maestra de John Sturges: “Es como la historia del tipo que se tiró de un edificio de diez pisos. En cada piso, la gente le oía decir: ‘Hasta aquí, todo bien. Hasta aquí todo bien. Hasta aquí, todo bien”.
Después de tres semanas de carrera, Denis Van Weynbergh (Grupo D’Ieteren, 37º) está casi sorprendido:
“Hasta ahora, no me ha resultado muy difícil. Las condiciones siempre han sido buenas, no ha soplado mucho viento, no ha habido que atravesar grandes vaguadas, ha hecho mucho sol y, aun así, hemos progresado bien y con bastante regularidad. Hasta el lunes y el martes tendremos buenas condiciones, y el miércoles y el jueves nos pondremos manos a la obra. Entramos en la verdadera Vendée Globe, la verdadera aventura”, comenta Van Weynbergh.
Gatillos bien engrasados
Junto con sus compañeros de la cola de la flota, se aproxima un bonito y apretado bajo que debería impulsarlos enérgicamente hacia el cabo de Buena Esperanza y la entrada al famoso océano Índico. Los líderes de este pelotón, empezando por Jean Le Cam (Tout commence en Finistère – Armor-Lux, 20º), están aprovechando este aumento de la presión para recuperar la salud, lo que les permite casi alcanzar a Isabelle Joschke (MACSF, 19ª), de la que estaban hasta 400 millas por detrás… Sólo hay que desconfiar de ciertos gatillos bien engrasados, ¡nunca están realmente fuera de alcance!
Por delante de este pelotón, nueve barcos siguen avanzando hacia la punta de Sudáfrica, trasluchando de un lado a otro a medida que aumenta la fuerza del viento. Romain Attanasio (Fortinet-Best Western, 15º), por ejemplo, subió bien al norte durante la noche, con la esperanza de provocar un duelo con Benjamin Dutreux (Guyot-Environnement, 14º) dentro de unas horas.
Todavía en cabeza, el pequeño pelotón formado por Boris Herrmann (Malizia – Seaexplorer, 12º), Clarisse Crémer (L’Occitane en Provence, 13ª) y Justine Mettraux (Teamwork – Team SNEF, 11ª) sueña con volver a ponerse a tiro de Samantha Davies (Iniatives-Coeur, 10ª), que debe doblar el cabo Agulhas más tarde hoy. ¿Permitirá la india que se le escape?.
Alubias para los sheriffs
No es el caso del lobo solitario Paul Meilhat. En las últimas 24 horas, el patrón del “Biotherm”, que sigue en 9ª posición, ha sufrido de lleno la zona de transición, encontrándose prácticamente parado y sin salida. Es como para comerse el sombrero, sobre todo porque más adelante, aunque las borrascas hacen de sheriff, las cosas siguen yendo bien.
Por el momento, es el sur el que lleva la delantera. Yoann Richomme (Paprec-Arkea) lideró la flota durante un tiempo, pero una vez más se vio superado por Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance) y Sébastien Simon (Groupe Dubreuil), que estaban más cerca de la ZEA (Zona de Exclusión Antártica) que él. Eso no impidió que el navegante se sintiera satisfecho con su posición:
“Estoy contento, el pelotón de tres está en una situación interesante, vamos a tener un poco de ventaja sobre los demás, luego viene esta gran tormenta, con la pequeña zona de transición por delante, así que habrá que ver cómo va realmente. Estoy cultivando la débil esperanza de colarme entre las dos bajas para ganar terreno hacia el este antes de que llegue la grande”, comenta Richomme.
Si la esperanza es la clave, el pragmatismo es la clave. Así que, ante la llegada de esta primera gran prueba a mediados de semana, se trata de cuidar de su montura y de su hombre, sobre todo porque las temperaturas son cada vez más gélidas. “No sé si hará mucho más frío que ahora, pero en cualquier caso estoy con un gran saco de dormir de forro polar y me siento bien”, explica el patrón del Paprec-Arkea, que había previsto “una buena vuelta de inspección después de algunas sesiones más de bombardeo”, aunque de momento no tiene “nada que deplorar” en el aspecto técnico. “No me he saltado ninguna maniobra ni he hecho nada que pudiera haber provocado daños, así que todo parece estar bajo control. De momento estoy contento con la forma en que navego”, explicó el patrón del Paprec-Arkea.
Pero todos saben que se dirigen hacia los problemas, y algunos de ellos han aprovechado la noche para subir bien hacia el norte y evitar problemas, como Jérémie Beyou (Charal, 5º) y Nicolas Lunven (Holcim – PRB, 6º), que no aflojan en absoluto. Y Yoann Richomme comenta estos grandes movimientos:
“Veremos cómo afrontamos todos la tormenta, y no necesariamente en el mismo lugar. En cualquier caso, no es nada sencillo y no sabemos muy bien dónde estamos en relación con esta baja, por lo que es probable que haya bastantes diferencias. Queda el reto de avanzar hacia el noreste y las islas de Saint-Paul y Amsterdam, ése es el objetivo” añade Yoann.
¿Quién estará en mejor posición para dejar su huella? Una cosa es segura: podemos confiar en ellos para que se mantengan al acecho y sean los únicos dueños de su paseo. «No, nadie me dice que vaya donde no quiero ir» es su mantra.
Fuente y Fotos:
Vendèe Globe