VENDÈE GLOBE 2024
PONER FIN AL MODO “GANSO SALVAJE”
Una vez cubierto el primer cuarto del recorrido, los líderes de la Vendée Globe se disponen a doblar el primero de los tres grandes cabos de su vuelta al mundo. Mañana tienen previsto pasar la longitud de Buena Esperanza, pero también poner fin a la modalidad «dahu», de la que no están nada contentos, porque aunque sólo pueden alegrarse de haber cruzado el Atlántico Sur en línea recta y verdadera, siguen navegando amurados a babor desde hace más de diez días. Legítimamente, están un poco hartos de inclinarse siempre hacia el mismo lado. La buena noticia es que pronto iniciarán sus primeras trasluchadas, algo que sus perseguidores ya han empezado a hacer ahora que se encuentran, por su parte, en la estela del sistema de bajas presiones y tratando de encontrar el mejor paso entre un frente por un lado y la Alta de Santa Helena, que se está reformando por el otro.
“Desde esta mañana, el mar se ha calmado y el viento ha bajado un poco. Las condiciones son un poco más habitables que en los últimos cuatro o cinco días. No siempre es divertido estar aferrado. Un pequeño respiro no es desagradable”, comenta Nicolas Lunven (Holcim – PRB), no descontento por volver a encontrar un poco de calma. Sin embargo, es una calma relativa, ya que tanto él como sus rivales directos siguen avanzando a buen ritmo por delante de la baja. “Avanzamos amurados a babor desde el oeste de Canarias, casi doce días. Mi pierna derecha está creciendo un poco más que la izquierda.
Será bueno acabar de una vez y pasar a otra cosa”, añadió el patrón, un poco cansado de jugar al dahu, ese animal salvaje imaginario con dos patas laterales más cortas que las otras dos, y por tanto obligado a moverse, en la ladera de la montaña, siempre por el mismo lado. Afortunadamente, el Vannetais no tendrá que esperar tanto para cambiar de rumbo. En las próximas horas, negociará una fase de transición entre esta baja y las Australes, que se desplazan por el borde de la Zona de Exclusión Ártica (AEZ). En otras palabras, tendrá que lidiar con vientos mucho más suaves a partir de mañana y durante unas 48 horas, antes de dirigirse más al sur y luego hacia la Autopista del Sur Profundo. “El hecho de que nos beneficiaremos de condiciones bastante frescas durante dos días nos permitirá descansar, comer bien, echar un buen vistazo al barco y reparar algunas cosas”, añadió Nicolas.
Pequeños ajustes mientras se espera el próximo tren
Justine Mettraux (TeamWork – Groupe Snef) tiene un estado de ánimo similar. “Mañana habrá un momento de calma. Tendremos que aprovecharlo al máximo, sobre todo para realizar las últimas comprobaciones en el barco antes de entrar de verdad en el Océano Antártico”, explica la navegante suiza que, al igual que Sam Davies (Initiatives-Cœur), Al igual que Sam Davies (Initiatives-Cœur), Boris Herrmann (Malizia – Seaexplorer) y Clarisse Crémer (L’Occitane en Provence), ya ha comenzado a realizar algunas viradas ligeras entre el frente al norte y el St. Helena High, que se está afianzando al sur: para mantener una brisa decente. Esto es más fácil de decir que de hacer, dado que, por un lado, es muy ligera y, por otro, muy inestable. Lo mismo le ocurre al grupo que le sigue, hasta Damien Seguin (Groupe APICIL). Él también va a tener que esperar hasta mediados del fin de semana para coger otra baja. Una baja que podría acompañarles hasta el centro del Océano Índico y, potencialmente, permitirles frenar la sangría con los de cabeza.
Acción y retroflexión
¿Y el pelotón principal liderado por Arnaud Boissières (La Mie Câline)? Por el momento, siguen avanzando en fila india hacia el extremo sur del continente africano. Aunque se perderá la próxima baja, alcanzará otra, que se prevé relativamente rápida. Esto debería permitirle pensar en doblar el Cabo de Buena Esperanza el miércoles por la noche, cinco días después que el pelotón de cabeza, que debería cruzar la longitud del famoso promontorio sudafricano a partir de mañana al mediodía. Los primeros indicios no tardarán en llegar. Esta tarde, el trío de cabeza, Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance), Sébastien Simon (Groupe Dubreuil) y Thomas Ruyant (VULNERABLE), ya debería sentir los efectos de la corriente de las Agujas, una de las corrientes de superficie más fuertes y regulares del planeta. “Es un punto de vigilancia para nosotros porque puede alcanzar 3-4 nudos e incluso más en ciertos lugares. El verdadero problema es que a partir del Cabo de Buena Esperanza se arremolina un poco. Por consiguiente, es bastante difícil tomarle el pulso”, explica Nicolas Lunven, que ya está estudiando la cuestión, que, como se puede imaginar, no es nada fácil. Y con razón: la corriente se opone al viento y sostiene el oleaje y las olas, que a veces pueden alcanzar alturas dantescas: las famosas rogue waves, que antaño se creían un mito, y que pueden superar los treinta metros de altura, nada menos.
Fuente y Fotos:
Vendèe Globe