VENDÈE GLOBE 2024
SOBRE UNA CRESTA
Habían advertido de que, en cuanto les recogiera la pequeña baja secundaria procedente de Río de Janeiro, sus contadores se pondrían muy probablemente a tope. De hecho, anoche no dejaron de dinamitar el récord de 24 horas en solitario en monocasco. Uno tras otro, Thomas Ruyant (VULNERABLE), Nicolas Lunven (Holcim – PRB), Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance), Sébastien Simon (Groupe Dubreuil), Jérémie Beyou (Charal) y Yoann Richomme hicieron perder la cabeza a los adictos a los gráficos. Con un total de 579,86 millas engullidas entre la posición de las 3 de ayer y la de la misma hora de hoy, el patrón del PAPREC ARKÉA ha firmado finalmente la mejor actuación, conservando así su liderato, pero como a los demás, lo que más le interesa en estos momentos es aguantar el mayor tiempo posible en la zona cerrada de bajas presiones atmosféricas que le acompaña en estos momentos. Una zona que se estrecha cada vez más y que obliga a los navegantes del grupo de cabeza a caminar por una línea de cresta con el temor, en cualquier momento, de caer hacia un lado u otro… y desviarse de su rumbo.
“Es estirarse hacia delante. Es un poco como en la vida, los ricos se hacen más ricos”, resumía Romain Attanasio (Fortinet – Best Western) durante la sesión de radio oficial. A la cabeza de la flota, Charlie Dalin y Thomas Ruyant amplían poco a poco su ventaja sobre sus perseguidores, hasta el punto de que el grupo de los diez primeros, que se encontraban a menos de sesenta millas en Fernando de Noronha, se extiende ahora a casi cinco veces esa distancia. “Hay que aceptar el hecho de que los de delante van más rápido porque tienen mejores condiciones, aunque no sea un placer verles ganar un poco más en cada punto”, explicó Damien Seguin (Groupe APICIL), actualmente en 17ª posición, a 545 millas del líder. “Dada la situación meteorológica, no es una posición fácil de mantener. Hay que trabajar un poco más porque se navega en un pasillo de viento muy estrecho, y eso es aún más cierto para la gente que, como yo, está en la cola del pelotón. Realmente estamos en algo muy fino. Basta un ligero cambio en el escenario meteorológico para que nos encontremos atrapados en vientos mucho más ligeros. A pesar de todo, hay un pequeño elemento de suerte en medio de todo eso”, comentó el doble campeón paralímpico con la extraña impresión de navegar en una cresta a la vez aérea y expuesta, sin puntos de anclaje. “Intento aguantar y mantener el barco en movimiento sin correr demasiados riesgos tampoco”, comentó el patrón francés.
Un sistema puede ocultar otro
Es la misma estrategia para Romain Attanasio. “Intento permanecer en esta depresión el mayor tiempo posible. No es fácil seguir su trayectoria. El juego en este momento es ‘navegar a escondidas’. A barlovento, parece un parche blando y por debajo no lo sabes realmente, lo que significa que no quieres mojarte los pies”, explica el patrón del Fortinet – Best Western, que está acostumbrado a las montañas, pero no está precisamente tranquilo de avanzar así. Sin embargo, se beneficia de un relevo bastante sólido, ya que si, como muchos otros, va a dejarse caer poco a poco por la notoria baja, se va a beneficiar de un «plan B», en este caso la llegada de otra pequeña baja justo detrás. “La Alta de Santa Elena se está reformando y pronto pasará por delante de nosotros. Así que no nos vamos a encontrar atrapados en medio”, explica Romain, que debería, en otras palabras, limitarse a hacer una breve escala en una zona de transición y subir después a un nuevo tren. Una situación, ciertamente, menos perfecta que la de los pilotos de cabeza, pero aún así bastante favorable. Más, en cualquier caso, que la de la otra mitad del pelotón, encabezada por Jean Le Cam (Tout Commence en Finistère – Armor-lux), que no tendrá más remedio que navegar alrededor de la zona de alta presión.
Como un cachorro en la sabana
“Hoy estamos en una situación bastante clásica. Durante los próximos días, navegaremos en ceñida con vientos bastante flojos, pero al final de la semana habrá una pequeña baja un poco técnica. Creo que en ese momento podremos recuperar el ritmo si navegamos bien”, promete Benjamin Ferré, que empieza a notar que se le está haciendo larga la regata. “A estas alturas de la regata, te conviertes un poco en un animal. A medida que empiezas a perder la cuenta de cuántos días llevas en el mar, te pegas al sol. Personalmente, me siento como un cachorro en la sabana: durante el día, como hace calor, duermo la siesta. Por la noche, salgo a cazar y me alimento”, finaliza el patrón del Monnoyeur – Duo for a Job). ¡Prueba de que, esta vez sí, el ritmo circadiano ha primado sobre el ciclo noctámbulo entre los regatistas!
Fuente y Fotos:
Vendèe Globe